3 oct 2006

Oaxaca: Represión o solución



¿Cómo imaginar 80 mil manifestantes?

¿Cómo imaginar 5 mil caminantes desde Oaxaca al DF?

¿Cómo imaginar un plantón de más de 120 días?

¡Se han juntado muchas injusticias!
Hace tiempo que en nuestro país el señor Fox pregona que la democracia, la economía, la seguridad social, la seguridad, la educación, el empleo, la inversión, la soberanía, el acuerdo migratorio, la transparencia, la gobernabilidad... marchan sobre ruedas, pero la percepción que tenemos los desempleados, estudiamos, enfermos... y los que tenemos el privilegio de contar con un empleo es completamente diferente.

La realidad mata medios. El conflicto en Oaxaca, que tuvo un origen laboral, se regó como pólvora, se ha convertido en algo que alcanzó a los sectores que han sido por siempre ignorados en sus peticiones, pero tomados muy en cuenta a la hora de reprimir por los caciques que han gobernado el estado; lo que hoy se vive en Oaxaca no es producto de la imaginación, la marcha de más de 80 mil oaxaqueños el pasado 14 de agosto repudiando a Ulises Ruiz demuestra de sobra que la gobernabilidad del estado se ha roto, y no precisamente por los habitantes.
La marcha de cinco mil oaxaqueños que partió la semana pasada de la capital de su estado -actualmente pasa por Chalco, Estado de México- recorre más de 450 kilómetros a pie. Esta acción demuestra la convicción en su lucha. Cientos de anfitriones los han recibido con alimentos por los lugares por donde pasan.
Las agresiones a los plantonistas por medio de provocadores auspiciados por los poderosos -una vez más comprobamos en el proceso electoral que gobernantes y empresarios son mancuerna- han suscitado muertos, heridos, encarcelados, comercios vacíos, niños sin escuela, sociedad aterrorizada... saldo que ha dejado la terquedad y torpeza del gobierno federal; la complicidad de la Conago, donde perredistas, panistas y priístas hablando del estado de derecho descalifican las manifestaciones de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO); de los senadores y de los diputados de Oaxaca alentando la intervención de la PFP y el Ejército. El recién notificado presidente de México, Felipe Calderón, presumiblemente ha dado su visto bueno para la intervención de las fuerzas del orden. El presidente legítimo se cuidó de que se le involucrase en los conflictos de Lázaro Cárdenas, Atenco y Oaxaca, por temor a que se le involucrara con los radicales.
La incertidumbre se ha implantado no sólo en los habitantes de Oaxaca, millones de mexicanos nos encontramos en vilo, algunos participando en su terruño, otros simplemente esperando; a los turistas norteamericanos se les ha recomendado no viajar con ese destino.

Los integrantes de la APPO han declarado «que si Ulises se queda, Calderón no asumirá el poder. Los responsables de la violencia serían el presidente Fox, los senadores y Ulises Ruiz».

¿Hasta dónde piensan llegar?
«En Oaxaca, el límite está cerca. Se tiene secuestrada a la niñez del estado. El conflicto dejó de ser laboral, ahora es de orden público. Si el diálogo no prospera, se emplearán los instrumentos del Estado el miércoles -próximo- para definir la forma en que se restablecerá el orden». Carlos Abascal Carranza.
La soberbia -pecado capital, señor Abascal- es algo que en los gobernantes no debe existir, recuerde que usted es un servidor público, su función debería ser la de atender bien y de buenas las demandas ciudadanas, pues para eso le pagamos.
¡Que la estupidez no los vuelva a alcanzar! Varias veces la sinrazón se ha adueñado de quienes nos mal gobiernan, han sumado el fraude electoral a los asesinados en Lázaro Cárdenas y Atenco. ¿Hasta dónde piensan llegar?
La falta de interlocución de los gobernantes ha sumido al país en periodos negros como los de la guerra sucia en la época de los 70: muertes y desapariciones son la cosecha de la intransigencia.
La complicidad del PAN y PRI ha causado un sinnúmero de problemas, ahora por mantener a gobiernos sin legitimidad, antes con fraudes multimillonarios, impunidad en crímenes de cientos de luchadores, complicidad en la privatización de empresas pertenecientes a todos los mexicanos...
La movilización de fuerzas del orden -Ejército, marina, PFP y demás- trata de infundir miedo a la población; es una de las tácticas aprendidas por los defensores de la soberanía nacional en la indignantemente recordada Escuela de las Américas, que ha ilustrado a los kaibiles -militares guatemaltecos que actualmente trabajan con el narcotráfico mexicano- y a miles de mandos de las Fuerzas Armadas de nuestro país.

¿Y los zapatistas?

Los zapatistas desde su nacimiento han planteado «estar con el agredido, jamás con el agresor»; es uno de los puntos del Plan La Realidad Tijuana (Realiti).
Sobre Oaxaca se dice: «Oaxaca.- El abajo también irrumpió en Oaxaca y tomó forma y camino con la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO). La capacidad de veto de ese movimiento ha sido digna de tomarse en cuenta. No importa si los que ahí participan votaron o no (o si lo hicieron por la coalición o cualquier otra fuerza partidaria). Eso no es lo trascendental, sino que tienen una confianza en sus fuerzas que va más allá de sus dirigentes y de las coyunturas. Esa confianza les ha permitido, hasta ahora, decidir por sí mismos sus tácticas sin ceder a las presiones externas y a los consejos de las ‘buenas conciencias’. Como EZLN apoyamos este movimiento y tratamos de ver y aprender a través de los compañeros de La otra que ahí luchan. Nuestro apoyo no va más allá por dos razones: una es que es un movimiento de por sí complejo, un apoyo más directo podría provocar ‘ruido’, confusión y recelos; la otra es que varias veces el movimiento del pueblo oaxaqueño ha sido acusado de tener ligas con grupos armados, nuestra presencia directa haría crecer la campaña mediática que ya tienen en contra». Cuarta parte de Peatones de la historia, de septiembre de 2006.

Fuente: Leopoldo Chassin Ramírez/Cambio de Michoacán

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