16 abr 2010

Los jóvenes son la clave.


Por: Daniel Sempere

“Una sociedad que aísla a sus jóvenes, corta sus amarras: está condenada a desangrarse”. Kofi Annan.

Hace unas semanas el IFE entrego al IEE de Oaxaca la lista nominal de los electores potenciales para el proceso constitucional que se celebrará el próximo 4 de julio.

De acuerdo con esa información, que además se encuentra publicada en el sitio oficial www.ife.org.mx , en esta Entidad se tienen registrados a un total de: 2 millones 540 mil 201 ciudadanos; de los cuales un millón 251 mil 343 son jóvenes de entre 20 y 39 años, mismos que representan el 48.75 % de la totalidad.

Este dato es muy revelador, porque esta cantidad, un millón 251 mil 343, es tres veces el voto duro del PRI que oscila alrededor de los 400 mil electores, y que lamentablemente para el tricolor no ha presentado ninguna variación positiva desde el año 2000.

Por otro lado, es casi cuatro veces mayor al voto duro que suman todas las fuerzas de oposición unidas, lo anterior derivado de los resultados de abstencionismo de cerca del 70%, que se han presentado en los dos últimos procesos electorales: 2007 y 2009.

Me parece importante destacar que la generalidad de estos jóvenes, que representan casi la mitad de electores, no participa en los comicios electorales por muchos motivos como: apatía, indiferencia, reticencia, decepción, desilusión, desengaño, desidia, fiasco, desesperanza, incredulidad, desconfianza, desaliento, impotencia o simplemente porque la política les “da hueva…”

Sin embargo, este segmento de la población, más que ser “el fiel de la balanza”, como los aluden algunos precandidatos cuando intentan lisonjearlos a fin de convencerlos y convertirlos en seguidores incondicionales de sus causas, es por sí mismo un nicho de electores que si así lo decide puede hacer gobernador, diputado local o presidente municipal, a quien logre cautivar en serio a estas voluntades.

No obstante, para que ello sea posible se requieren más que pronunciamientos a favor de los jóvenes, que discursos, que fotos mediáticas en las primeras planas de los diarios, que conciertos gratuitos, que caravanas desangeladas, que videos en youtube, que redes sociales en facebook, hi5, myspace, twitter, etcétera.

Y no porque estas estrategias y plataformas virtuales sean disfuncionales, al contrario, todas son herramientas potenciales para el éxito en las campañas políticas, sin embargo, el elemento fundamental para el éxito es el candidato por sí mismo, y ese candidato debe satisfacer a plenitud las exigencias de los jóvenes.

Hoy los jóvenes de Oaxaca, exigen POLITICOS JOVENES, no jóvenes políticos (leíste bien pirrurris memito peña), que aunque se lea y se escuche equivalente no es lo mismo, ya que un POLITICO JOVEN, es aquel que sin distinción de edad, es decir, puede tener 20, 30, 50, 70 o más años, sigue siendo joven en la praxis política, tiene ideas frescas, innovadoras, es visionario, soñador, creador, incluyente, sensible, honesto, entusiasta y demócrata.

Por el contrario, existen ya muchos jóvenes políticos, de 20 o 30 años, que se han desarrollado a través de un “modelo aspiracional”, en el que la norma principal dicta la emulación de liderazgos, que deben su permanencia en el poder gracias a prácticas arcaicas como el nepotismo, el cacicazgo, el sectarismo, la represión, el chantaje, la amenaza, la corrupción, la compra de voluntades, la indiferencia, la blasfemia, la mentira y la insensibilidad.

Lamentablemente, estos son jóvenes que ya están contaminados de los antivalores de la política, porque creen que bajo ese modelo sus carreras serán políticamente exitosas.

Por ello la importancia de que en este proceso electoral surjan POLITICOS JOVENES, que logren desenterrar la resignación, el fatalismo, la ignorancia y la apatía, no solo de los jóvenes, sino toda la sociedad oaxaqueña; quien logre convocar a la unidad y la participación de los jóvenes, no solo ganará la elección del 4 de julio, sino que tendrá un respaldo mayoritario de la sociedad para desempeñar un buen gobierno, un GOBIERNO JOVEN.

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