26 feb 2010

Dan último adiós a los caídos

Las lágrimas no bastaron para llorar a Julián Hernández Mora, Alfonso Maciel Sosa y Alfonso Maciel Hernández, quienes fueron acompañados hasta el último momento por sus familiares y amigos más queridos.
A menos de 50 metros de distancia se encuentra la capilla de Vicente Camalote y la vivienda de los finados, quienes en hombros fueron cargados a la misa de cuerpo presente, en la cual no cabía una sola persona, ya que gente de varias partes del municipio y demás aledaños acudieron a despedir a sus amigos, hermanos, y conocidos. Asimismo, las afueras de la capilla lucían llenas, unos de pie, otros sentados.
Sin duda, lo que unía a cada uno de ellos era el dolor, la impotencia, la tristeza de que al llegar a casa no volverán a encontrarlos.
En su mensaje el párroco manifestó a los asistentes que “debemos estar preparados porque no sabemos el día ni la hora” y continuó con la ceremonia, donde se juntó el dolor de ambas familias.
Sin embargo, el que más conmovió fue Alfonsito, que es así como llamaban de cariño sus familiares y amigos, un jovencito de apenas 16 años que tenía sueños, ilusiones y la meta de seguir con sus estudios universitarios en otro estado, según dijeron algunos conocidos.
Decenas de amigos y compañeros del COBAO acudieron a despedir a Alfonsito, quien cursaba el cuarto semestre de preparatoria. Quienes lo conocieron lo definen como “un joven alegre” y que a pesar de su corta edad no la aparentaba, ya que era alto y bien parecido.
Los jóvenes se mostraban visiblemente consternados, el hombro de cada uno de ellos era el lugar donde lloraban la pérdida de sus amigos o familiares. Para que después de la una de la tarde salieran de la capilla uno a uno.
El primero en salir en hombros y en un ataúd de madera color caoba fue Julián Hernández; seguido de Alfonsito, que fue colocado en un ataúd metálico de color plata, luego siguió su padre y cada uno de ellos fue subido a una carroza, para seguir el camino hacia el cementerio.

Lloran a los verdaderos héroes
Ayer jueves, después del medio día y luego de una misa de cuerpo presente, con lágrimas de dolor de sus familiares, el coraje de sus compañeros, fueron llevados para sus sepulturas al panteón municipal los dos policías municipales asesinados de Acatlán.
De acuerdo a datos proporcionados por sus compañeros, los policías abatidos y sepultados ayer son; Cirilo Texcahua Zontehua de 30 años de edad, con domicilio en la colonia Jardines del Bosque y tenía un año en el trabajo, Daniel Alvarado Zontehua, de 20 años tenía apenas 3 meses en el servicio como policía y vivió en la Zona Urbana de Acatlán.
El otro policía muerto, Rosendo Sillo Antonio, de 25 años, edad y con dos años en el servicio era de Tezonapa, Veracruz, y es muy probable que al igual que sus compañeros de Acatlán haya sido sepultado ayer también, opinaron.
La misa de cuerpo presente en honor a los policías se llevó a cabo en la iglesia San Eulogio, de Acatlán, al medio día de ayer, en tanto un fuerte contingente de militares y un grupo especial de la Policía del Estado permanecía atento en las calles.
Tras los hechos, en Acatlán y Vicente Camalote impera una fuerte tensión mezclado de un probable miedo y coraje y todos miran hacia las entradas, como esperando ver aparecer nuevamente el convoy de pistoleros que llegaron hasta allí el día martes, a ejecutar a las 14 personas que se mencionan.


Virtual toque de queda
A las ocho de la noche, la comunidad de Vicente Camalote decidió dejar de estar en las calles.
Sin documento oficial de por medio se ha establecido un “toque de queda” en la comunidad luego de la masacre de 14 personas a manos de sujetos ligados con el crimen organizado.
Entre los asesinados están el aspirante a la presidencia municipal de Acatlán de Pérez Figueroa por el Partido Acción Nacional (PAN), Adán Maciel Sosa, y Alfonso Maciel Sosa, a quien las autoridades atribuyen relación con la delincuencia organizada.
De boca en boca, en las filas para comprar tortillas, en el mercado, en la calle, la gente se comunica que a las ocho de la noche ya no estará afuera de sus domicilios. El miedo se ha apoderado de los otrora pacíficos ciudadanos.

Con información de La Crónica de Tierra Blanca, Diario El Mundo y Milenio Diario

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