A propósito de Oaxaca y su falta de memoria

Había una vez en algún lugar llamado Oaxaca un lugar donde todos eran felices… a lo mejor para algunos así fue, un lugar mítico, pero en eso quedo en el 2006, el año donde todo pudo ser posible.
Hoy día a partir de los sucesos ocurridos el 15 de febrero de 2011, donde resulto un enfrentamiento de varias horas entre la policía y el “pueblo” de Oaxaca, derivado esto de un acto represivo por parte de la policía federal contra una manifestación de profesores de la sección 22 contra la visita del espurio de Felipe Calderón, el panorama al día de hoy es simplemente desolador, y haré la aclaración antes que nada del entrecomillado de pueblo, esto principalmente porque parece que estaban muchos de los mismos integrantes del movimiento del 2006, pero muchos hoy día que no participaron ese martes y que en el 2006 tuvieron participación, hacen la crítica a las personas que estuvieron en este enfrentamiento, por eso simplemente el pueblo entero no estuvo, eso no demerita el accionar de los que estuvimos presentes, en cambio los engrandece, recordando algo que decía un decano de Egipto, que los que se mantienen en la calle protestando son los que no se equivocan, son los que dan pie a que esto siga.
Y partir de tanta crítica recibida por diversos sectores es importante la aclaración de diversas cosas que se dicen de lo que ocurrió, primero que nada sería la gran diferencia entre Egipto y Oaxaca, que mas gusto daría que la revuelta de ese día viera dado pie a un gran movimiento como el que sucede ya no solo en Egipto sino en gran parte del mundo árabe, pero no simplemente fue un enfrentamiento de horas entre la policía y gente que quiere que esto cambie pero que no ha sido secundado ni por la misma sección 22, sus acuerdos de asamblea fueron simplemente tibios, y lo más risible la respuesta inmediata de Gabino donde dijo que no removería a los 4 funcionarios que se le pedía, ósea le valía madres, esto para todos los ingenuos que pensaban que Gabino sería cambio, pues ahí está su cambio, las respuesta se sabían desde antes que se plantearan las cosas, simplemente oído sordos al trabajador (ahora) de Calderón, quien solo hará caso a este (sino lo creen ahí está el discurso lame botas dado en La Salle).
El otro punto que también muchos critican es la supuesta destrucción causada en el centro histórico de Oaxaca, que por ser un centro totalmente turístico tiene que estar en las mejores condiciones, a esto la respuesta simplemente sería muy simple, la arquitectura de los lugares representa lo que es la sociedad, en Oaxaca se ve esta historia que refleja resistencia, luchas, enfrentamientos, desigualdad, hartazgo, etc. Ante la represión el pueblo busca sus formas de defensa y las encontró en las piedras sacadas de los edificios de esta ciudad y de muchas “obras” que si se les olvida fueron realizadas durante el periodo del tan odiado Ulises Ruiz, y que estuvieran llenas de protestas por parte de la mayoría de la sociedad, recordar que ese daño a la arquitectura de Oaxaca fue de tal magnitud que casi pierde su esencia el centro, y qué decir del night club que están haciendo en este momento de el cerro del fortín, eso es más indignante.
Acerca del turismo, y la forma de espantarlo, nada mejor que la guerra y sus 34 mil muertos por parte del Estado (para espantarlo no solo de Oaxaca sino de todo México), al fin de cuentas la sociedad Oaxaqueña decidirá si prefiere quedar bien con el turismo o si desea mejoras en las formas de vida que son simplemente malas, y estas formas las conseguirá luchando.
Sobre las acciones violentas que supuestamente muestran las televisoras (principalmente donde golpean a la policía), no hay que buscarle una justificación a los hechos de la gente que participo en el enfrentamiento, pero es claro precisar que el descontento social es mucho, la gente en esta sociedad violenta también refleja la violencia, y sumando al hartazgo principalmente de los jóvenes, que han visto o han sido en el peor de los casos victimas del aparato policiaco, ven en esta la forma de confrontarse directamente con los acosadores de la libertad, los jóvenes en este caso no olvidan, esa forma de ensañarse de la policía si uno es el que cae son lo que hace a muchos actuar así, por eso hay que analizar esos brotes de violencia desde otra perspectiva y no desde una amarillismo tendensioso por parte de las televisoras, donde por cierto no pasan los abusos que se suscitaron por parte de la policía sobre una señora frente a la catedral, donde un policía patea a la señora simplemente por grabar (el periódico noticias tiene alguna imagen de eso hecho).
Sobre lo prometido por parte de Gabino de aplicar la ley sobre los hechos “violentos” por parte de pseudoactivistas, vándalos y gente infiltrada del Pri, se debe tener cuidado, este hecho simplemente será una muestra más de la represión a la protesta social, los únicos culpables son los que implementan un sistema represor de las diversas libertades que supuestamente uno cuenta.
Por eso sería bueno dar una repasa a la historia de hace algunos años, esa historia que hizo un pueblo cuando se olvido de prejuicios sobre los diversos sectores de la sociedad y avanzo en conjunto hacia otras alternativas de vida, no caigamos en el abandono, en el olvido de lo vivido, eso nos condenaría a volver a vivir lo que se supone en la práctica habíamos superado, y lo peor de todo nunca jamás deben quitarle a esos locos soñadores los sueños de cambio, mejor contágiense de esa forma de vivir, recuerden antes que nada que es su pueblo el que está siendo reprimido, escuchémonos, la critica siempre vendrá pero rompamos con eso, con ese que dirán, rompamos con el miedo al sistema, recuerden que en la lucha están sus hijos, sus familias, sus alumnos, estamos todos, de diversos pensamientos, porque simplemente no queremos ser lo que ellos quieren que seamos, seguiremos en las calles, luchando mientras no logremos lo que nosotros como pueblo queramos, y donde ese Oaxaca y ese mundo no se quede en fechas históricas sino se pueda vivir en él, porque ese Oaxaca no fue, hoy se demuestra que sigue ahí, que seguimos ahí.
APPOSTOL