16 jul 2010

La última y nos vamos

Denise Maerker

Nunca nadie sospechó que Ulises Ruiz fuera un demócrata y ahora tampoco nos puede sorprender que una vez derrotado en las urnas haga todo lo posible por enturbiar la sucesión en Oaxaca.

Ulises Ruiz y su gente están dedicados a aprovechar el tiempo, que inexplicablemente le da la ley en nuestro país a todos los gobiernos perdedores entre el día de las elecciones y la toma de posesión de su sucesor, para limpiar fechorías, acomodar incondicionales y vaciar las arcas.

Es justo ahora que el gobierno de Ruiz decidió hacer efectivo un crédito por 500 millones de pesos que tenía contratado con Banamex. Es cierto que cuando se votó la ley de ingresos el año pasado un artículo autorizaba al actual gobierno contratar deuda por ese monto.
Pero, ¿puede un gobernador derrotado en las urnas hace una semana endeudar a su estado sin el apoyo de la nueva mayoría? No debería y menos sin explicar, como es el caso, en qué se lo quiere gastar.

Ulises Ruiz también parece preocupado por dejar bien acomodados a sus incondicionales. Se habla de que quiere basificar a 5 mil trabajadores de confianza. La información le llegó al equipo de Gabino Cué a través de los líderes sindicales preocupados porque las finazas del estado no aguantan un aumento de ese tamaño de la burocracia y eso tendría consecuencias para ellos. Los taxistas también andan temerosos de que el gobierno dé una cascada de nuevas concesiones.


La ley le está dando mucho tiempo a Ulises para tapar lo que haya que tapar y dejarle una situación explosiva a su sucesor. Y lo hace porque nunca ha sido un demócrata ni ha gobernado como tal y no ve en Cué a un adversario político sino a un peligroso enemigo que lo puede llamar a cuentas en cualquier momento. Ni siquiera trata de ocultarlo, pasan los días y no ha nombrado a un encargado de establecer comunicación oficial con el equipo del gobernador electo. No quiere todavía iniciar el proceso de entrega-recepción.
De hecho, el PRI impugnó la elección de gobernador en los 25 distritos. ¿Para qué? Para ganar tiempo, dicen los que saben.

 Pero Ulises no es el único, es más, debe ser el ejemplo de los suyos. Hace unos dís en la prensa de Oaxaca un titular decía: Una vez derrotado, Argeo Aquino saquea oficinas. La nota narra la historia del actual presidente municipal de Santa Cruz Xoxocotlán que se llevó de las oficinas municipales escritorios, computadoras, impresoras, fotocopiadoras y documentos. El candidato ganador es aliancista y dicen que Argeo “no halla cómo tapar las evidencias de su corrupción” (corrupción que fraguó junto a Antonio Amaro).

La de Ulises es toda una escuela.

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