José Luis Jiménez ZaragozaAcatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca.-
En presencia de un menor de edad, una mujer fue asesinada de cinco
hachazos en la cabeza por un sobrino que recientemente salió de un
centro de rehabilitación para drogadictos de Cuitláhuac, en la casa de
su patrón y hermano en la zona Urbana de Acatlán de Pérez Figueroa.
Aun
con vida, Lucila Hernández Juárez, de 51 años de edad, fue auxiliada
por su esposo y unos conocidos y a bordo de una ambulancia trasladada al
Hospital Integral de Tezonapa donde falleció por shock hipobolémico
(desangrada).
La Policía Municipal detuvo al presunto asesino,
José Eduardo Hernández Méndez, de 22 años, y lo dejó a disposición del
Ministerio Público del fuero común por homicidio.
Pedro Hernández
Juárez, hermano de la víctima y padre del presunto asesino identificó
anoche el cadáver y pidió a las autoridades judiciales trabajar en las
diligencias y en caso de que su hijo sea responsable de la muerte, se
proceda judicialmente.
Los hechos ocurrieron la tarde del viernes
cuando Lucila Hernández daba de comer a su sobrino de cinco años, en la
casa de su hermano Pedro, en la Zona Urbana donde laboraba como
empleada doméstica y nana de los hermanos Hernández Méndez.
Poco antes de su muerte, la mujer, presuntamente habría reprimido a su sobrino, José Eduardo debido a su rebeldía.
Según
evidencias, la mujer se encontraba de espaldas cuando llegó el presunto
asesino con un hacha que se encontraba en el bracero y la agredió en
cinco ocasiones en el cuerpo y cráneo hasta verla tirada, y
ensangrentada.
No fue sino hasta horas después cuando Gelasio
Jiménez, esposo de la víctima llegó a buscarla a su trabajo y la
descubrió sentada en una silla, ensangrentada y moribunda por las
heridas que sufrió en el cráneo y salió en busca de ayuda.
El
incidente desató la movilización de la Policía Municipal y de grupos de
rescate quienes atendieron a la mujer y a bordo de una ambulancia
trasladaron al Centro de Salud de Acatlán y posteriormente al Hospital
Integral donde los médicos lucharon para salvarle la vida pero poco
después confirmaron su muerte.
El menor de cinco años, único
testigo del crimen, identificó a su hermano como el agresor y aseguró
que José Eduardo habría agredido a su tía con un palo en la cabeza.
Al
darse cuenta que su hijo era señalado como presunto responsable del
asesinato, Pedro Hernández Juárez pidió a las autoridades el arresto de
José Eduardo Hernández.
Aseguró que su hermana Lucila cuidaba de
sus hijos desde hace un tiempo, y que José Eduardo habría salido hace
cuatro meses del Centro de Rehabilitación para drogadictos donde estuvo
seis meses en recuperación.
Indicó que su hijo era una persona rebelde y violenta, por lo que no salía de la casa para evitarse problemas en la calle.
Hugo
Evangelista Izquierdo, oficial secretario del Ministerio Público
Investigador tomó conocimiento del deceso e inició expediente por
homicidio contra José Eduardo Hernández Méndez, de 22 años, preso en la
cárcel preventiva de Acatlán de Pérez Figueroa.
Autoridades
veracruzanas confirmaron anoche que el expediente sería remitido a su
similar de Acatlán para continuar las diligencias ya que la agresión
ocurrió en aquél estado.