José Gil Olmos/Proceso
Diversos actores políticos y sociales vaticinan para Oaxaca un proceso electoral que, en el mejor de los casos, será complicado. La saliente administración de Ulises Ruiz, teñida de violencia y sangre, mantiene crispada a la entidad... y no son pocas las voces que le achacan al mandatario priista las peores intenciones para el 4 de julio próximo. Tanto así, que su delfín ya empezó a tomar distancia...
La estimación más benevolente que los propios actores políticos oaxaqueños hacen acerca de la elección del próximo 4 de julio es que será complicada. Algunos, incluso, no descartan que estalle la violencia.
La situación del estado –ubicado entre los tres más pobres del país– y la forma en que lo gobernó Ulises Ruiz, afirman, ensombrecen el panorama. Esto afecta, sobre todo, al candidato del PRI, Eviel Pérez Magaña, quien ya se deslinda y señala que el mandatario tendrá que responder por sus errores.
“Si gano, no solaparé a nadie”, anuncia.
Apenas en el segundo día de su campaña, la declaración del aspirante a gobernador por la alianza PRI-PVEM sorprende, pues los oaxaqueños consideran que sin la ayuda de Ruiz no habría logrado la candidatura.
–Como candidato priista, ¿hereda esta carga tan pesada del gobierno de Ulises Ruiz, que ha sido calificado como violador de las garantías individuales por la Suprema Corte de Justicia?
–Es un dictamen del que, aunque respeto, difiero por las mismas incongruencias que se vieron vertidas en él. Yo veo una situación que es importante que quede clara: seré respetuoso de las autoridades, pero el gobernador Ulises Ruiz tendrá que rendir cuentas a aquellas que le hagan alguna observación. Él, además de ser gobernador, es un ciudadano común y corriente que, en su momento, va a tener que enfrentar sus acciones.
–¿No siente que vaya a tener esta carga, esta herencia?
–Yo no tengo por qué cargar con herencias que le hayan hecho bien o mal a Oaxaca; yo lo que quiero es cargar lo positivo, la energía positiva que tienen los oaxaqueños; quiero poner en alto esa historia que han aportado los oaxaqueños a México y al mundo; quiero poner en alto al más grande de los oaxaqueños: Benito Juárez; poner en alto a la gente que ha hecho cultura.
“Ha llegado la hora de poner todo eso en alto y dejar allá, abajo, como un recuerdo, que tengamos siempre presente, los errores de quien haya sido”, sostiene.
–¿Entonces no piensa encubrir ni solapar a nadie… a Ulises Ruiz?
–De ninguna manera. Por eso hablo de fortalecer las instituciones, de construir un gobierno con las mejores y con los mejores oaxaqueños, un gabinete con gente comprometida con Oaxaca, gente de buena fe. Hoy debemos tener como meta la prosperidad de todos los oaxaqueños.
En entrevista efectuada la mañana del lunes 3, faltando muy poco para el arranque de su campaña, el domingo, Eviel Pérez Magaña dice que, si llega a ser gobernador, incluso estaría dispuesto a realizar auditorías a la administración de Ulises Ruiz.
“Las necesarias. Es una obligación de las instancias encargadas de ello. Daré instrucciones para que, de manera permanente, haya análisis, las auditorías necesarias para el buen comportamiento del gobierno. El gobierno que sale tiene la responsabilidad de dejar claro cómo ha sido conformado nuestro pasado inmediato. Tendré la responsabilidad de supervisar cómo han sido utilizados los recursos y dar cuenta de ello. Eso lo voy a hacer en su momento, cuando sea gobernador.”
Envalentonado, el hoy extitular de la Secretaría de Obras Públicas también se lanza contra su principal contrincante, Gabino Cué, y critica tanto el apoyo que en su momento le dio Andrés Manuel López Obrador como la formación de la alianza del PAN, PRD, PT y Convergencia, que lo impulsa.
“Hay a quienes les faltan patas pa’ gallo y a quienes nos sobran patas pa’ gallo. Yo no necesito que vengan a respaldarme voces que en lo particular tienen pocas coincidencias y a las que une el interés del rencor y de la frustración de no poder haber hecho lo propio.”
–¿No se siente descobijado porque ninguno de los exgobernadores del PRI lo acompañó en su toma de posesión como candidato ni en su arranque de campaña?
–Decía que hay quienes necesitan que les vengan a poner espolones. Yo los traigo puestos, tengo patas pa’ gallo sin necesidad de que vengan a respaldarme esos coordinadores legítimos e ilegítimos que ahora se unen –responde el candidato priista.
Los fantasmas de la violencia
El asesinato de la activista mexicana Beatriz Alberta Cariño Trujillo y del finlandés Jyri Antero Jaakkola, el pasado 27 de abril, en la caravana humanitaria que iba hacia San Juan Copala, reavivó los temores de una nueva etapa de violencia en Oaxaca –como la sufrida en 2006 por el conflicto con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)– durante este proceso, en el que serán elegidos el gobernador, los diputados locales y las autoridades de 152 municipios.
Cada uno desde su posición, los dos aspirantes más fuertes al gobierno del estado ven la amenaza de que estalle la violencia. El candidato de la coalición Unidos por la Paz y el Progreso, Gabino Cué, advierte incluso de la tentación del gobernador de reventar el proceso electoral si viera que va perdiendo.
“Hoy tenemos un estado agraviado, un Oaxaca molesto, cansado de 80 años de gobiernos autoritarios. Llegamos a esta nueva elección en condiciones de un resquebrajamiento del tejido social, una descomposición de la vida pública”, asegura Cué, y enfatiza que Ulises Ruiz tiene la obligación de garantizar unas elecciones pacíficas.
En contraparte, el priista Eviel Pérez Magaña sostiene que es la oposición la que, de acuerdo con su discurso de campaña, busca el enfrentamiento.
“Veo con preocupación que se magnifique un problema que todos lamentamos, como el de San Juan Copala. Pareciera que es una provocación, pero esta no es la Oaxaca verdadera. Lo rechazo y exijo a las autoridades correspondientes que actúen, que la PGR tome el asunto y se esclarezca. No se vale que se quiera involucrar a personajes que ni siquiera estaban enterados.”
–¿Descarta que pueda haber una elección violenta?
–No lo descarto. Lo que sí tenemos que hacer es trabajar para que no sea así; las únicas voces que hablan de violencia son las que están en una alianza que tiene un lenguaje de confrontación.
Pero no sólo los dos aspirantes a gobernador tienen esa impresión. Otros actores la comparten, como el exdirigente estatal del PRI y exsecretario estatal de Salud, Juan Díaz Pimentel, quien adelanta que Ulises Ruiz tratará de reventar la elección si su candidato va perdiendo.
“Creo que Ulises Ruiz tiene dos escenarios: el primero, confundir a la opinión pública, atemorizarla para que no vote y, en un marco de abstención, hacer que su candidato gane con un margen pequeño.
“Pero si no pudiera hacerlo porque la gente fuera a votar, asegurando el triunfo de la oposición, el segundo escenario sería reventar la elección anulando por lo menos 20% de los sufragios con porros y golpeadores que inhabilitarían alrededor de mil casillas.
“Anular la elección provocaría que el Congreso nombrara a un gobernador provisional que convocaría a nuevos comicios, pero en un plazo de seis a 18 meses. Me parece que sí está en sus planes reventar la elección”, sostiene el expriista, quien rompió con Ulises Ruiz recientemente, luego de que fue acusado de desviar unos 320 millones de pesos de recursos federales que eran para equipar hospitales y para otros programas de salud.
La estrategia del fraude
Conocedor de las artimañas del priismo oaxaqueño y, sobre todo, de Ulises Ruiz, el doctor Juan Díaz Pimentel asegura en entrevista que ya se prepara el fraude.
“¿Cómo va a hacer el fraude? Primero, ya mandaron imprimir las boletas en un proceso oscuro, que no fue licitado. En la última sesión que tuvo el Instituto Estatal Electoral de Oaxaca, el representante de Convergencia pidió información de cómo se había firmado el contrato y cuál era la empresa, a lo que no obtuvo respuesta. Pero ninguno de los consejeros apoyó la propuesta, lo que parece sospechoso.”
También, agrega, hay un acuerdo en el Instituto Electoral, que aún no se aprueba, para que se disponga de boletas adicionales en cada casilla.
“Se habla de 28 boletas adicionales, y son más de 4 mil 700 casillas; es decir, arriba de 130 mil votos podrían, de manera ilegal, meterse a las urnas. La oposición tiene representantes, y no creo que logren el acuerdo al ciento por ciento, pero está esa posibilidad.”
En la página electrónica del Instituto Estatal Electoral no aparece dicho acuerdo, pero el exdirigente estatal del PRI señala: “La versión que me llegó es que, mediante una suma millonaria, se van a imprimir boletas de más, y con eso Ulises va a rellenar las urnas, si es que hay un resultado apretado, de dos o tres puntos”.
El doctor Díaz Pimentel, sobre quien hubo una orden de aprehensión –finalmente cancelada porque no se encontraron pruebas de un desvío de recursos–, insiste en que se debe saber cuál es la empresa en la que se mandarán a hacer las boletas electorales, y propone que la impresión se haga en los Talleres Gráficos de la Nación, a fin de alejar sospechas.
“Si a pesar de que no hay un argumento sólido para que se insista en saber qué empresa fue elegida para la impresión de las boletas –en un proceso amañado, porque no fue licitado como la ley lo indica–, la única salida para evitar el fraude es decirle al pueblo que vote, porque cuando la gente sale a votar, no hay fraude que la detenga.
“Sostengo que si sale a votar 50% del electorado, el PRI va a ser arrasado, porque ha ganado en las dos últimas elecciones con un abstencionismo de 75%.”
Experimentado en los procesos electorales de Oaxaca, pues participó en el Comité Directivo Estatal priista desde los gobiernos de Heladio Ramírez y José Murat, observa que el posible fraude podría fraguarse en las zonas rurales del Mixe bajo, la Mixteca y la Costa, “donde embarazan las urnas con votos ilegales”.
Pero no en las ciudades, donde, calcula, el PRI tiene amplias posibilidades de perder, como en la capital, Oaxaca, además de Xoxocotla, San Pedro Mixtepec, Santa Lucía, Huajuapan de León, Salina Cruz, Pochutla y Juchitán.
Sin embargo, advierte que de no darse una elección transparente y legal se estará construyendo una nueva confrontación en Oaxaca, con graves consecuencias.
“Yo no hablo mal del PRI, sólo del PRI que representa Ulises Ruiz, porque únicamente ha traído dolor y frustración a Oaxaca. Yo no podría estar en un partido donde ha privado el asesinato. Es muy raro que muchos que disienten del gobierno se mueren.”
Otro actor que también percibe señales de violencia electoral es la agrupación civil Servicios para una Educación Alternativa (Educa), que el mes pasado difundió un análisis en el que asienta que la herida del conflicto oaxaqueño de 2006 aún no se cierra.
Dice Educa: “En las últimas semanas hemos observado un aumento de la criminalidad en Oaxaca que va configurando un escenario de alto riesgo frente a este proceso. Muchos de estos hechos de sangre y fuego coincidieron extrañamente con algunos eventos políticos de las precampañas.
“Hemos atestiguado, en los meses de febrero y marzo, al menos tres tipos de violencia: del crimen organizado y del narcotráfico (Tuxtepec, Valle de Etla); política (Huaxpaltepec, Región Triqui), y casos de aplicación de justicia por propia mano (Salina Cruz, Oaxaca). Esta peligrosa combinación de violencia del crimen organizado, inestabilidad política y hartazgo social puede jugar a favor del PRI, que es al que le conviene sembrar terror en el electorado para inmovilizarlo y alejarlo de las urnas.”
Según dicha agrupación, hay tres escenarios de los resultados electorales. El primero es el triunfo de la alianza opositora Unidos por la Paz y el Progreso, para lo cual se requiere de la participación de 60% de la lista nominal y que la coalición promueva a sus candidatos con arraigo en municipios y regiones del estado.
El segundo es el triunfo del candidato del PRI-PVEM, para lo cual es necesario que la participación esté por debajo de 50% y que las candidatas del Partido Nueva Alianza (Panal), Irma Piñeiro, y del Partido Unión Popular (PUP), María de los Ángeles Abad, obtengan 3% de la votación.
Y, finalmente, que se presente un conflicto poselectoral derivado de que el PRI gane con un mínimo porcentaje y los sectores de la oposición prueben que se cometió un fraude.
“Este escenario nos colocaría frente a una grave crisis de gobernabilidad. Marcaría también el inicio de un nuevo ciclo de alzamiento ciudadano en defensa del voto”, manifiesta Educa.
Elección bajo vigilancia
En el arranque de las campañas en la capital del estado, la participación de simpatizantes de Gabino Cué fue bloqueada por la policía estatal, que impidió, al mediodía del domingo 2, el paso de 80 vehículos procedentes de Ocotlán y Tlacolula. De colonias de la ciudad y de algunos pueblos aledaños sólo llegaron unas 5 mil personas, lo cual puso en alerta al candidato opositor.
“En estos cinco años de gobierno de Ulises Ruiz se ha mostrado que no se ha consolidado la vida democrática en Oaxaca; al contrario, ha habido una regresión autoritaria”, sentenció Cué en entrevista.
“Los regímenes autoritarios –añadió– siempre apostarán a mantenerse en el poder a costa de lo que sea, más cuando se tiene la claridad de que hay descontento popular. Sabemos que en regímenes autoritarios, como el que se vive en Oaxaca, siempre está la tentación o es parte de su esencia: tratar de arrebatar o ganar a costa de lo que sea, y no por las vías democráticas.”
Cué indica que para Ulises Ruiz es vital el triunfo, y que por eso se están formando redes de funcionarios públicos a quienes se encomienda que lleven a votar de 10 a 20 personas, mientras que en algunas regiones, continúa, ya se están repartiendo recursos públicos en despensas, láminas y fertilizantes.
Frente a esto, asegura que su equipo ha conformado una amplia estructura para vigilar todas las casillas y que no caerán en ninguna provocación.
“Espero que Ulises Ruiz actúe de manera responsable para no violentar esta posibilidad institucional de darle cauce a Oaxaca”, puntualiza Gabino Cué.
–¿Hay ese temor?
–Sí, por eso los ojos de muchos actores políticos están sobre la elección en Oaxaca; es un tema de agenda nacional, y siempre existe el temor de que se violente la elección.
Subraya la importancia estratégica de ganar la elección en esta entidad: “Oaxaca, electoralmente, representa 480 mil votos para el PRI, y eso es fundamental para ellos. Lo que no sé es si Ulises Ruiz sigue siendo un activo para el PRI en su intento de regresar a Los Pinos; no representa un priismo joven, moderno, como quieren proyectar al partido, pero eso se lo tienen que preguntar a los priistas.
“Nosotros vamos a cuidar las 4 mil 761 casillas, vamos a tener la estructura suficiente, habrá observadores electorales y legisladores para blindar la elección. No vamos a permitir que le roben la esperanza a los oaxaqueños”, concluye Cué, quien por segunda vez consecutiva busca ser gobernador de un estado donde siempre ha dominado el PRI.
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