Las bombas que explotaron en la sede nacional del PRI, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y una sucursal bancaria, la madrugada del lunes pasado, así como las detonaciones en Ixtapa Zihuatanejo un día después, vienen a enrarecer aún más el ambiente político del país, ya de por sí maltrecho por los acontecimientos registrados durante la campaña electoral 2006, la secuela de la misma y por los sucesos en el estado de Oaxaca desde hace seis meses. Problemas agravados por la antidemocracia mostrada en la elección mencionada, la incapacidad del Gobierno, tanto federal como estatal, para resolver los problemas que, lo aceptemos o nos empeñemos en negarlo, significan un riesgo de consecuencias no previsibles a nivel nacional.Es un error pretender analizar la violencia de las explosiones, reprobables en todo caso, ubicándose en una postura que lleve a condenar de manera unilateral los hechos que, según la prensa, se han adjudicado cinco grupos guerrilleros, sin analizar el entorno político que explica la situación que vivimos en el país. Es decir, es un error reprobar los bombazos sin tener presentes las causas que los explican, aunque no los justifiquen.
La realidad es que, a tres semanas de (¡por fin!) dejar la Presidencia de México, Vicente Fox, su vocero y los spots que se pagan de nuestros impuestos, insisten en su visión foxilandesca de un país democrático y justo que la realidad insiste en mostrar que sólo existe en su imaginación, pues ni los habitantes de Atenco, y mucho menos las mujeres de esa comunidad; ni los mineros de Las Truchas; ni los que votaron creyendo que era verdad que el voto era libre y útil, olvidando la "astucia" del Gobierno que se va y del que viene para crear "vencedores"; ni los maestros ni el pueblo de Oaxaca han logrado ver ese país idílico que describe Fox en su discurso. No obstante que como se ve en estos ejemplos, la realidad niega todo discurso meloso basado en la falsedad de una democracia plena, resultado del sexenio que concluye. Fox sigue tratando de convencer de la democracia mexicana, creada, según afirma, en el 2000 con su elección, y amenaza con que ese estado se prolongue por seis años más, cuando plantea la continuidad de su obra durante el sexenio que sigue.
La realidad es que ni el reparto de becas para estudiantes, ni el seguro popular, ni las "casillas" de INFONAVIT, han sido suficientes para silenciar las protestas de quienes ven que su miseria aumenta día a día, mientras en el otro extremo existen fortunas tan inmensas que compiten mundialmente y que no podemos imaginar; fortunas que benefician personalmente a sus dueños, los grandes empresarios de nuestro país (no los de los changarros tan publicitados), que son envidia de sus colegas de otros países por la rapidez con la que "los nuestros" acumulan la riqueza, sea personal o a través de los bancos, por ejemplo con las tarjetas de crédito, con las cuales los banqueros se apropian legalmente (¿con justicia?) del cinco por ciento de todas las operaciones de compra que se realizan con esas tarjetas. No faltará quien diga que la economía fue el renglón de los principales logros del gobierno de Fox, pero, en todo caso, no significa que se haya avanzado en una justa distribución de la riqueza pues se trabajó teniendo en la mira sólo los intereses de los ricos más ricos.¿Dónde quedó aquella promesa inicial de solucionar el conflicto de Chiapas en quince minutos? Aquel problema no sólo ha permanecido a través del sexenio sino que ahora podemos decir que se extendió ¿Será verdad que esta ampliación es consecuencia de la intransigencia? Yo creo que sí, pero de la intransigencia de Ulises que se empeña en mantenerse como Gobernador de un estado que lo repudia y la del Gobierno federal que concluye en tres semanas, que pasó el tiempo cobijado en si debía intervenir o no, utilizando la legalidad y las instituciones como escudo, intentando salvaguardar sus intereses políticos.Por cierto, se presume México como un país de legalidad e instituciones sólidas, pero lo que no se dice es que, a pesar de la miseria de Chiapas, de Oaxaca, de Hidalgo, de Guerrero y de los pobres de todo el país, es a ellos a quienes se pide cuidar y respetar la legalidad y las instituciones que los ha llevado y los mantiene en la miseria, en el desempleo, en la carencia de oportunidades educativas que tanto laceran la vida de nuestra sociedad en general y la de grupos marginados, como los indígenas y los pobladores de colonias marginadas en lo particular.
De esta manera México, cada día más convulsionado, nos lleva a preguntarnos: ¿Qué fue de aquella gran afluencia en las casillas electorales el 2 de julio? ¿Qué de aquel ánimo ciudadano que auguraba cambios buenos para México? Bastaron unos cuantos días al gobierno de Fox para transformar un panorama luminoso en otro de sombras, en un ambiente con un nivel de contradicciones que es posible lo lleve a convertirse en una sociedad cada día más difícil de gobernar. Unas elecciones presidenciales que no convencen, Un pueblo, Oaxaca, que no renuncia a su justa lucha, un Presidente espurio que...
Nota al margen:1. Juan Blanco, presidente municipal de Chihuahua, ha seguido los pasos de sus maestros a nivel nacional, la represión y la amenaza destacan como forma de "comunicarse" con el pueblo ¿No lo cree usted? ¿Acaso ya olvidó a los vecinos de la Sicomoro o a los muchachos que fueron golpeados y vejados por la Policía Municipal por pintar Mc Donald's, entre otros casos? No todo puede ser fiesta "country" ¿No cree Usted?
La realidad es que, a tres semanas de (¡por fin!) dejar la Presidencia de México, Vicente Fox, su vocero y los spots que se pagan de nuestros impuestos, insisten en su visión foxilandesca de un país democrático y justo que la realidad insiste en mostrar que sólo existe en su imaginación, pues ni los habitantes de Atenco, y mucho menos las mujeres de esa comunidad; ni los mineros de Las Truchas; ni los que votaron creyendo que era verdad que el voto era libre y útil, olvidando la "astucia" del Gobierno que se va y del que viene para crear "vencedores"; ni los maestros ni el pueblo de Oaxaca han logrado ver ese país idílico que describe Fox en su discurso. No obstante que como se ve en estos ejemplos, la realidad niega todo discurso meloso basado en la falsedad de una democracia plena, resultado del sexenio que concluye. Fox sigue tratando de convencer de la democracia mexicana, creada, según afirma, en el 2000 con su elección, y amenaza con que ese estado se prolongue por seis años más, cuando plantea la continuidad de su obra durante el sexenio que sigue.
La realidad es que ni el reparto de becas para estudiantes, ni el seguro popular, ni las "casillas" de INFONAVIT, han sido suficientes para silenciar las protestas de quienes ven que su miseria aumenta día a día, mientras en el otro extremo existen fortunas tan inmensas que compiten mundialmente y que no podemos imaginar; fortunas que benefician personalmente a sus dueños, los grandes empresarios de nuestro país (no los de los changarros tan publicitados), que son envidia de sus colegas de otros países por la rapidez con la que "los nuestros" acumulan la riqueza, sea personal o a través de los bancos, por ejemplo con las tarjetas de crédito, con las cuales los banqueros se apropian legalmente (¿con justicia?) del cinco por ciento de todas las operaciones de compra que se realizan con esas tarjetas. No faltará quien diga que la economía fue el renglón de los principales logros del gobierno de Fox, pero, en todo caso, no significa que se haya avanzado en una justa distribución de la riqueza pues se trabajó teniendo en la mira sólo los intereses de los ricos más ricos.¿Dónde quedó aquella promesa inicial de solucionar el conflicto de Chiapas en quince minutos? Aquel problema no sólo ha permanecido a través del sexenio sino que ahora podemos decir que se extendió ¿Será verdad que esta ampliación es consecuencia de la intransigencia? Yo creo que sí, pero de la intransigencia de Ulises que se empeña en mantenerse como Gobernador de un estado que lo repudia y la del Gobierno federal que concluye en tres semanas, que pasó el tiempo cobijado en si debía intervenir o no, utilizando la legalidad y las instituciones como escudo, intentando salvaguardar sus intereses políticos.Por cierto, se presume México como un país de legalidad e instituciones sólidas, pero lo que no se dice es que, a pesar de la miseria de Chiapas, de Oaxaca, de Hidalgo, de Guerrero y de los pobres de todo el país, es a ellos a quienes se pide cuidar y respetar la legalidad y las instituciones que los ha llevado y los mantiene en la miseria, en el desempleo, en la carencia de oportunidades educativas que tanto laceran la vida de nuestra sociedad en general y la de grupos marginados, como los indígenas y los pobladores de colonias marginadas en lo particular.
De esta manera México, cada día más convulsionado, nos lleva a preguntarnos: ¿Qué fue de aquella gran afluencia en las casillas electorales el 2 de julio? ¿Qué de aquel ánimo ciudadano que auguraba cambios buenos para México? Bastaron unos cuantos días al gobierno de Fox para transformar un panorama luminoso en otro de sombras, en un ambiente con un nivel de contradicciones que es posible lo lleve a convertirse en una sociedad cada día más difícil de gobernar. Unas elecciones presidenciales que no convencen, Un pueblo, Oaxaca, que no renuncia a su justa lucha, un Presidente espurio que...
Nota al margen:1. Juan Blanco, presidente municipal de Chihuahua, ha seguido los pasos de sus maestros a nivel nacional, la represión y la amenaza destacan como forma de "comunicarse" con el pueblo ¿No lo cree usted? ¿Acaso ya olvidó a los vecinos de la Sicomoro o a los muchachos que fueron golpeados y vejados por la Policía Municipal por pintar Mc Donald's, entre otros casos? No todo puede ser fiesta "country" ¿No cree Usted?
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